Un círculo vicioso de pesimismo que hay que romper
Resulta muy complicado mirar al futuro en un ambiente tan enrarecido como el que pesa sobre el sector. Máxime cuando desde todas las organizaciones se trasladan continuos mensajes de pesimismo sobre su futuro y se destacan los graves problemas que lo acechan.
Y, aunque es cierto que, bajo este panorama, se hace muy difícil encontrar un halo de optimismo bajo el que desarrollar nuevos proyectos, si algo caracteriza al sector vitivinícola es su resiliencia.
No obstante, convendría recordar, ahora más que nunca, que de la misma forma que la percepción que tenía el consumidor en los primeros años de este siglo: