Represalias para una gran cosecha

Dejando a un lado cuestiones patrióticas y políticas, que no son de nuestra incumbencia, era previsible que el conflicto que mantenemos con Gibraltar acabara salpicando a nuestro sector de una forma más o menos directa; y que lo acabara haciendo en el Reino Unido, cuyas repercusiones son mucho más importantes que las que pudieran venir del peñón.

Que el restaurante y vinoteca de Londres Brinkley’s haya retirado de su portafolio el vino Marqués de Riscal (“el vino español más popular y más vendido”, asegura su propietario John Brinkley, el que anima a que los demás establecimientos sigan su ejemplo) puede que no sea más que una anécdota, menos para Marqués de Riscal, claro está. Pero era algo previsible y que nuestros políticos, imagino, habrán valorado oportunamente.

Todo esto en un momento que podríamos calificar como de transcendente para nuestro futuro, ya que las vendimias ya han arrancado y, aunque su generalización deberá esperar al menos, diez o veinte días, que son los que va retrasada con respecto al 2012, sus perspectivas de volumen y calidad no pueden ser mejores. Cuarenta y tres, cuarenta y cinco, millones de hectolitros no se puede decir que sea una mala cosecha en cantidad. Como tampoco el estado sanitario que presenta la uva, tras un año en el que las enfermedades criptogámicas apenas han tenido que ser tratadas, lo que está permitiendo contar con unas uvas en perfectas condiciones sanitarias, que auguran excelentes mostos.

Alegría que no es igualmente extensible a todo el sector cuando hablamos de “posibles” precios de las uvas. Cuestión en la que todos coinciden en señalar que deberá ir a la baja con respecto al año anterior, ante lo “incomprensible” que resulta lo sucedido, especialmente visto cómo ha evolucionado la campaña y lo que está sucediendo con las partidas no retiradas y los contratos incumplidos o renegociados. Pero en la que, a pesar de coincidir en que no es posible volver a los precios ruinosos de hace unos años, nadie acaba de concretar.

Entre vendimias y cuestionarios

Aunque todavía son pocas las provincias españolas donde los lagares han abierto sus puertas para recibir las uvas de la cosecha 2013/14, las estimaciones y valoraciones sobre lo que podrá acabar siendo la vendimia se suceden de manera precipitada.

Considerando los graves errores cometidos en las estimaciones que se realizaron en la anterior vendimia y los datos “oficiales” de las declaraciones de producción a los que finalmente nos hemos tenido que enfrentar en estos últimos meses, con consecuencias tan graves como el incumplimiento de una parte sustancial de los últimos contratos firmados; es natural que la prudencia sea extrema y nadie quiera ponerle el cascabel al gato. No obstante, sí podríamos decir que la de cuarenta y cuatro millones de hectolitros es la cifra que cuenta con mayores posibilidades sobre la que pivotar la cosecha. Volumen que nos devolvería a la situación de la campaña 2006, en la que se vendimiaron en España 43,659 Mhl y 172,252 Mhl en el total de la UE.

Respecto a los precios, las prudencias son todavía mayores y aunque podría resultar muy aventurado hablar de 2,5-2,7 pesetas por kilogrado para la Airén manchega, tomen nota de esta posibilidad porque parece ser es la que cuenta con la mejor posición de salida.

Aún a riesgo de parecer cansino, otro de los temas que es importante no perder de vista es el conflicto que tenemos abierto con China y el expediente anti-dumping y medidas anti-subvención que se ha iniciado contra los vinos europeos.

Las autoridades chinas han “elegido” aquellas bodegas que van a ser “estudiadas de una forma más concisa”: cuatro francesas y dos españolas.

¿Criterios para su elección?

En el caso francés una de las seleccionadas ha sido Castel Freres, lo que definiríamos como un “gigante” del negocio; en España, después de una revisión, Félix Solís y Cherubino Valsangiacomo; con siete y diez millones de litros exportados a China en 2012 respectivamente.

Claro está que esta elección podría deberse a la necesidad de dar curso a un trámite que deben continuar por cuestiones de apariencia, pero cuya resolución ya se ha adoptado, con el acuerdo al que llegaron semanas atrás en el tema de los aranceles a los paneles solares chinos.

Sea como sea, la cuestión es que, por parte del sector, esta elección ha sido tomada con cierta satisfacción y se considera que facilitará mucho la cancelación de un problema político que ha tomado al sector vinícola como rehén.

Confiar en nuestro futuro

Dejando a un lado el número de programas de los 1.145 que han sido presentados para el ejercicio Feaga 2014 (del 16 de octubre 2013 al 15 de octubre 2014) que se queden sin llevar a cabo, cuestión que a priori debemos considerar irrelevante, ya que es de suponer que aquella bodega que lo presenta es porque tiene el firme propósito de llevarlo a buen término, como así lo corrobora el grado de cumplimiento de los años anteriores; ciento veinte millones de euros es una inversión sobre la que deberíamos descubrirnos y valorarla en su justa medida.

Por este camino sí es posible confiar en nuestro futuro y mirar los datos de nuestras exportaciones con cierto optimismo. Es verdad que todo lo relacionado con el comercio exterior requiere de grandes inversiones que van mucho más allá de los 73,98 M€ gastados en el ejercicio Feaga 2012 o los 110,49 M€ aprobados para el 2013 y del que todavía no tenemos datos definitivos. Pero, tanto el hecho de que en los tres ejercicios se hayan cubierto sobradamente los cincuenta millones que había presupuestados para esta medida, así como el número de programas presentados, nos deben hacer considerar que el sector productor tiene una clara concienciación de la necesidad de salir fuera a vender su producción.

Otro de los aspectos que llama poderosamente la atención, además del listado de países prioritarios y cuyo detalle podrán encontrar en las páginas de SeVi, es el hecho de que para el caso de que exista disponibilidad presupuestaria podrán ser beneficiarios los organismos públicos, como consejos reguladores, organizaciones interprofesionales o asociaciones de exportadores, entre otras. O las grandes diferencias que existen entre los programas presentados por unas CC.AA. y otras. Destacando los 642.870 euros de coste medio de programa presentado por Murcia frente los 52.038 euros de Cataluña.

Amenaza vigente

Si atendemos a lo estrictamente sucedido, no tenemos ni el más mínimo argumento para decir que las autoridades chinas van a relajar el expediente abierto contra la Unión Europea por prácticas consideras por los asiáticos como dumping y por las subvenciones que recibe el sector. Aunque haya acuerdo respecto a los paneles solares. Pues, solo por seguir el hilo al conflicto, hay que recordar que se hartaron de decir en su momento que nada tenían que ver paneles con vino, utilizando la gran diferencia del valor económico como principal argumento.

En cambio, si analizamos el asunto y consideramos la realidad de los hechos y su origen, podríamos llegar a pensar que en un breve periodo de tiempo será retirado el expediente contra el vino y que todo quedará reducido a un buen susto. Una seria advertencia de lo que nos puede suceder en cualquier momento y con algún otro país. Y, no olvidemos, el montante económico, nada desdeñable, al que las bodegas han tenido que hacer frente en este poco más de mes de conflicto, debiéndose presentar como empresas colaboradoras y rellenando interminables formularios en un perfecto mandarín.

Pero más valdría así. Primero, porque, como dicen los abogados, más vale un mal acuerdo que un buen pleito. Y segundo, porque reducirá sensiblemente los costes a los que tendrán que hacer frente las bodegas, permitirá mantener un mercado que es considerado estratégico para muchas de ellas y, lo que es mucho más importante, porque permitirá seguir conservando en secreto la cadena de valor de sus elaborados y que, para entendernos mejor, sería tanto como tener que desvelar la fórmula de la Coca-Cola, ya que en ella se encuentra la clave de la competitividad de las bodegas.

¿Ha acabado aquí el problema? Parece evidente que no. Entre otras cosas porque el expediente todavía no ha sido retirado, resuelto, o cualquiera que sea la fórmula que se adopte. Pero, sobre todo, porque esa amenaza seguirá pendiente de nuestras cabezas en tanto en cuanto existan ayudas a la producción, o algunas bodegas vendan a precios tan competitivos que incluso puedan hacer pensar que son más bajos que en el mercado interior (dumping).

Y como una cosa lleva a la otra, habrá que seguir pensando en la próxima vendimia e insistiendo sobre lo que ya adelantábamos como una previsión de cosecha la pasada semana y que se ha visto corroborada por la estimación publicada por la Confederación de Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha, al cifrar en 22 millones de hectolitros la cosecha más probable de 2013. Así, aplicando esa regla no escrita que dice que Castilla-La Mancha produce la mitad de la producción de toda España, nos lleva a movernos en los alrededores de los cuarenta y cinco millones de hectolitros a nivel nacional. Ahora a ver cómo reaccionan los mercados y las bandas de precio de las primeras partidas de uva.