Con el permiso de impresionantes (y repetidas) granizadas que han afectado severamente a viñedos distribuidos por toda España, el mildiu sigue siendo la mayor preocupación del sector productor. La virulencia con la que se ha manifestado el hongo, con efectos que podríamos asegurar de gran importancia en la cosecha venidera, junto con su generalización geográfica, sin que haya región que se libre de sus consecuencias (con muy diferentes rangos de afectación, eso sí), está marcando una campaña que estaba llamada a ser la de la “normalidad” y que, al paso que vamos, puede pasar a ser de esas históricas, que quedan en nuestra memoria.
Según los últimos datos ofrecidos por Agroseguro, la superficie declarada y asegurada de viñedo de uva de vinificación con daños, principalmente por pedrisco, en las parcelas hasta el pasado 31 de mayo se elevó a 38.924 hectáreas… Sin contabilizar, por tanto, los siniestros acaecidos en junio.
La previsión de indemnizaciones se situó hasta esa fecha en 20,87 millones de euros, de los cuales, casi un 41,7% y 8,70 millones corresponden a viñedos damnificados en Castilla-La Mancha; otro 24% y 5 millones a La Rioja; un 11,5% y 2,40 millones a la Comunidad Valenciana; un 10,5% y 2,2 millones a Castilla y León; un 5,3% y 1,1 millones a la Región de Murcia, y otros 1,47 millones de euros a viñedos del resto de regiones.
La sensación de que el mercado se encuentra sumido en la paralización, con un consumo a la baja y un cambio en las preferencias desde los tintos a blancos y espumosos, hace más llevadera una situación en el viñedo que, en otras condiciones, hubiese generado un importante alarmismo ante los elevados costes que esta afectación criptogámica está generando y los efectos de reducción de vendimias que pudiera acabar teniendo.
Con el objetivo de paliar esta situación, el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE podría alcanzar en estos días un primer acuerdo político sobre el paquete de medidas de flexibilización y simplificación en apoyo del sector vitivinícola comunitario “Paquete Vino”.
En términos generales, las medidas planteadas para la promoción en terceros países, el apoyo las medidas destinadas a la prevención de la flavescencia dorada u otro tipo de plagas que afectan al cultivo del viñedo. La posibilidad de eximir a los vinos destinados a la exportación de la obligación de tener que indicar la lista de ingredientes y la declaración nutricional en la etiqueta. Que la terminología que se vaya a utilizar para los vinos de baja graduación alcohólica sea mucho más precisa, con el fin de evitar fraude o confusión a los consumidores.