Los tintos refuerzan su posición

A pesar de que para las organizaciones agrarias no siempre los precios de las uvas y mostos reflejan la situación real del sector y la evolución de los mercados se ve fuertemente condicionada por los desequilibrios que provoca un poder desigual entre sus operadores. Lo cierto es que esta impresión podríamos hacerla extensiva a cualquier mercado y producto. Una situación que podríamos calificar de histórica y que ni leyes, ni organizaciones, han conseguido evitar. Aunque sí (pero esto es una opinión muy personal) limar y permitir generar una conciencia colectiva que debiera servir de base para hacerlo posible.

Dicho esto, el hecho es que los precios de las uvas, mostos y vinos, no siempre consiguen ser espejo del equilibrio entre la oferta y la demanda.

O sí. Y aquí es donde deberíamos comenzar a plantearnos qué cuestiones, no siempre refrendadas por datos estadísticos concretos, juegan un papel transcendental.

Por ejemplo, los datos de producción, consumo y existencias no explican, en sí mismos, la idea generalizada de que el consumo de vino, en el mundo, y España no es una excepción, se haya desplazado masivamente de los tintos hacia los blancos. Pero aún así la sensación de que esto ha sucedido es un dogma de fe en el sector.

Según los datos del último Infovi de julio, con el que se pone fin a la campaña 2024/25; la producción de uva blanca creció un 19%, mientras que la tinta apenas lo hacía un 5,7%. Lo que podría ser consecuencia de haber habido una peor cosecha en variedades tintas que blancas. Pero resulta que la transformación en vino supuso un aumento de los blancos del 20% frente un descenso en los tintos del 1,6%. Lo que no deja ninguna duda: el “blanc de noirs” fue más habitual de lo que lo había venido siendo en nuestro país.

Los precios de los vinos reflejaron algo parecido, ya que, en las últimas cinco campañas, mientras el precio del vino blanco crecía un 37,16%, el tinto apenas lo hacía un 15,01%. Situación que se mantiene en esta campaña, puesto que los precios medios del blanco, alcanza una media de 50,94 €/hl, con un incremento interanual del 5,42% y un alza del 40,56% frente a la media quinquenal. Mientras que el tinto se sitúa en 45,28 €/hl, con un aumento del 3,37% respecto al mismo periodo del año anterior y del 13,81% en comparación con el promedio de cinco campañas.

Por el contrario, con datos del mismo Infovi, el consumo aparente de blanco disminuyó durante la pasada campaña un 7,8% frente el 6,0% que aumentó el de tintos y rosados.

Pero es que, si atendemos a las existencias, las de los tintos a granel, por aquello de obviar los vinos que se encuentran en periodos de crianza, caen un 14,8% y las de los blancos aumentan un 25,4%.

¿Responde esto a un cambio en el tipo de vino consumido?

Es algo sobre lo que tendremos que estar muy atentos, especialmente a la hora de planificar nuestras elaboraciones.

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